Ficha Técnica:
- Nombre: Coelacanth
- Tipo: Manga
- Capítulos: 8
- Tomos: 2
- Género: Drama, Misterio, Psicológico
- Autor: Shimotsuki Kayoko
- Año: 2008
Sinopsis:
Hace diez años hubo una explosión en los apartamentos de Hisano, ella debía haber estado allí, pero en su camino a casa, chocó con una bici llevada por un chico empapado en sangre. Cuando la golpeó, el chico dejó caer una escama de juguete, y desde entonces ella lo considera su amuleto de la suerte. Ahora Hisano va al instituto y uno de sus profesores ha sido asesinado, lo que implica arduas investigaciones por parte de la policía. Un joven aparece de pronto y parece poseer el juguete al cual pertenecía la escama. Despierta cierto interés en Hisano y quizás... él también es capaz de ver las alucinaciones que siempre han asaltado a Hisano Todo empieza a verse conectado conforme se va descubriendo el patrón.
Reseña Crítica:
Cuando hablamos de manga siempre he tenido una atracción particular por las obras de pocos tomos y por ende este manga no es la excepción. A simple vista y leyendo rápidamente la sinopsis, la historia no parece discrepar mucho de una obra típica de la demografía shoujo o incluso josei, pero la autora Shimotsuki Kayoko nos plantea una mezcla bastante interesante en cuanto al argumento se refiere, el cual fácilmente podríamos calificar de hibrido entre el shoujo, seinen y josei.
En un inicio la historia parece ir de la típica vida en instituto de una adolescente y sus problemas y dilemas internos, propios de una etapa como la juventud. Pero tras avanzar apenas unas cuantas páginas Kayoko nos sorprende con la incursión del velo de misteriosos acontecimientos que rodean el pasado de nuestra protagonista, y la aparición de aquellas personas con las que una vez cruzo miradas en su infancia.
Conforme va tomando ritmo la historia, se hace palpable el afán de la autora por desarrollar lo más posible ambos argumentos: el del mar de sentimientos entre 3 de nuestros personajes, y el de los lamentables sucesos que unen la vida de todo el reparto. Planteándolo de esta manera esta mezcla de argumentos parecería el plato fuerte de la obra, y el que la haría destacar sobre otras del género. Pero lamentablemente esto no es así, y lo que parecía el punto fuerte de la obra, termina por convertirse en uno de sus puntos más débiles, ya que en este afán por mantener ambas vertientes, el desarrollo se queda únicamente en medias tintas sin dar lugar a una narrativa más sólida y completa.
Hablando del reparto de personajes de tan corta historia, estos son los menos culpables del pobre desenlace en ambos argumentos. El cuantioso número de matices que se logra con tan reducidos personajes, es verdaderamente de aplaudir y sin duda le da un plus que hace más interesante y creíble el ambiente un tanto oscuro y melancólico.
En el mundo del manga, pocas son las obras que valen únicamente por su categórica arte y dibujo; Coelacanth es parte de este selecto grupo. Quizá el argumento no logro ser el parte aguas del género que se concibió en la menta de la mangaka, pero aún así, esta obra estaba destinada a dejar su huella dentro del manga, y esto lo logro gracias a uno de los más bellos estilos de dibujo que he visto en mi corta travesía con las viñetas.
Todo el concepto de arte en esta obra es sin duda el punto fuerte que hace que este sea un manga que vale la pena leer. La magistral expresión de arte por parte de Shimotsuki Kayoko, comienza por lo limpio, sutil y detallado de su trazo, y que junto a los tonos planos pero fuertes, dejando sólo los degradados para algunas viñetas, crean un ambiente casi tangible sobre la atmosfera que se expresa en cada viñeta por separado.
La experiencia visual se vuelve pieza clave dentro de la narrativa del manga, ya que los tonos y tanto el diseño de los personajes como su vestimenta, resalta y expresa bastante bien la personalidad de cada personaje ante las distintas situaciones. Esta expresividad en el dibujo hace que la frase –“Una imagen vale más que mil palabras”- cobre sentido.
En términos generales esta es una obra que si me pidieran describirla con una sola palabra, esa sería “indecisión”. Me hubiera encantado ver como se desenvolvería la autora si esta obra hubiera tenido un par de tomos más, lamentablemente no fue así y la historia se vuelve demasiado tibia y tiene un pobre desenlace que lamentablemente no le hizo honor a tan hermoso dibujo.
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